Mariana R. (Ciudad de México)
"Después de mi sesión con MesmerothHeaven, ya no pienso… y honestamente… nunca me había sentido tan tranquila."
José A. (Madrid)
"El lavado de cerebro a domicilio es real. Ahora mis sueños son más claros… aunque siento que alguien más los ve conmigo."
Lucía V. (Buenos Aires)
"MesmerothHeaven me enseñó que pensar es dolor. Ahora vivo en silencio… pero escucho voces nuevas."